El concepto de comprensión está
relacionado con el verbo comprender, que refiere a entender, justificar o
contener algo. La comprensión, por lo tanto, es la aptitud o astucia para
alcanzar un entendimiento de las cosas
La comprensión es la actitud tolerante para
encontrar como justificados y naturales los actos o sentimientos de otro. Es en
este momento nos percatamos que la comprensión va más allá de “entender” los
motivos y circunstancias que rodean a un hecho, es decir, no basta con saber
que pasa, es necesario dar algo más de nosotros mismos
El
ser tolerantes no significa ser condescendientes con lo sucedido y hacer como
si nada hubiera pasado, la tolerancia debe traducirse como la confianza que
tenemos en los demás para que superen sus obstáculos
El comprender no debe confundirse con un
“sentirse igual” que los demás, esto puede suceder con las personas a quien les
tenemos cierta estima, pero, ¿Qué pasaría con quienes no tenemos un lazo
afectivo? Es necesario enfatizar que la comprensión, es y debe ser, un producto
de la razón, de pensar en los demás, “de ponerse en los zapatos del otro”, sin
hacer diferencias entre las personas
Existen
un sinnúmero de oportunidades para vivir el valor de la comprensión. En las
situaciones cotidianas tenemos a tendencia a reaccionar con impulsos, aprender
a escuchar y hacer lo posible para no dejarnos llevar por el primer impulso
La
comprensión no es algo para ejercitar en situaciones extremas, se vive día a
día en cada momento de nuestra vida, con todas las personas, en los detalles
más pequeños y en apariencia insignificantes
¡Qué
importante es la comprensión! Podemos afirmar que es un acto lleno de
generosidad porque con ella aprendemos a disculpar, a tener confianza en los
demás, y por lo tanto, ser una persona de estima, a quien se puede recurrir en
cualquier circunstancia
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