La responsabilidad es un valor que está en la
conciencia de la persona, que le permite reflexionar, administrar, orientar y
valorar las consecuencias de sus actos, siempre en el plano de lo moral
Toda educación tiene que tener por objetivo
formar personas honestas, con convicciones profundas, fundamentadas en valores.
La responsabilidad personal es muy importante para todos, pequeños y grandes.
La fuerza del educador está en su manera de hacer, en el optimismo con que
afronta las dificultades, en la madurez con que toma las decisiones, en no
detenerse nunca para llegar a su mejora humana y, sobre todo, en la respuesta
que da a sus deberes familiares, profesionales y sociales
La responsabilidad es un valor que
ejecutamos a diario. Al ser padres somos responsables de estar pendientes de
nuestros hijos, de luchar por su bienestar, de estar atentos de cada
acontecimiento que les suceda
Los valores son los cimientos de nuestra
convivencia social y personal. La responsabilidad es un valor, porque de ella
depende la estabilidad de nuestras relaciones. La responsabilidad vale, porque
es difícil de alcanzar
Vivir la responsabilidad no es algo cómodo,
como tampoco lo es el corregir a un irresponsable. Sin embargo, nuestro deber
es asegurarnos de que todos podemos convivir armónicamente y hacer lo que esté
a nuestro alcance para lograrlo
Si todos hiciéramos un pequeño esfuerzo en
vivir y corregir la responsabilidad, nuestra sociedad, nuestros países y nuestro
mundo serían diferentes
Las personas responsables se diferencian de
aquellas que no lo son en que las primeras siempre toman en cuenta la intención
de lo que están haciendo y no cuestionan ni son limitadas por aquellas reglas
que se les imponen como básicas para cumplir sus objetivos
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